viernes, 9 de septiembre de 2011

La muerte de Facundo Cabrales, el cantautor de protesta

La muerte de Rodolfo Enrique Facundo Cabral es una gran pérdida para la humanidad. Aquel hombre influenciado en lo espiritual por Jesús, Gandhi y La Madre Teresa de Calcuta, predicó una especie de misticismo cristiano. El hombre que en literatura tuvo admiración por Jorge Luis Borges con quien también mantuvo conversaciones filosóficas murió en lo que para mí, son unos confusos hechos. Tal vez por ajustes de cuentas de la mafia con el hombre que lo acompañaba en el mismo auto en que se movilizaba.

Lo primero que se me viene a la cabeza es ¿qué es lo que pasa en Guatemala? ¿Por qué están pagando justos por pecadores? Es así como uno debe proponerse a investigar cuál es a situación de este país, y viéndolo detenidamente, es muy crítica. La Procuraduría de Derechos Humanos (PDH) considera que la ola de violencia que sufre Guatemala en la actualidad está relacionada con las próximas elecciones generales del 11 de septiembre. Durante los seis primeros meses del año en curso han muerto por causa de la violencia 30 funcionarios, candidatos o familiares relacionados con la campaña electoral; otras 20 personas han salido heridas.

La cultura política de Guatemala está basada en el miedo, el clientelismo, la impunidad y la actividad clandestina que mana del narcotráfico.

En Guatemala hace años que otra México oculta se baña en sangre, desaliento y desarraigo.

Es así como el contexto en que se mueve Guatemala es tan difícil que me imagino un difícil camino de adversidades, mafias, narcotráfico, bandas criminales, sinarquismo y violencia para su pueblo y para todo visitante, bueno o malo, bueno (en el caso de Facundo) porque quería compartir un pedacito de su ser al país que pide a gritos que lo ayuden a cambiar pero este gesto de generosidad se volvió a él en su contra.

Me ha gustado la opinión de una chica que su corazón se ha dolido por toda esta situación, y resume todo lo que he descrito anteriormente, ella dice: “Estoy sumamente consternada con su partida, en manos de quienes han elegido el camino del narcotráfico, probablemente en respuesta a la desigualdad, al egoísmo y la ambición de los grupos de poder. La impotencia frente al consumismo y la competitividad propios de una sociedad donde se ha instalado una cultura necrófila que Facundo combatió a lo largo de su vida terrenal pero llegando a Guatemala, terminaría su combate y de la pero manera (por no decir la menos adecuada). Sólo nos queda su alma encarnada en su poesía y canto. Que descanses en PAZ.”

Esto es lo que menos queremos en un país como Colombia, que las personas deseosas de cambiar el mundo positivamente mueran por culpa del narcotráfico, pero lastimosamente, será una realidad con la cual debemos tomar dos decisiones: o aceptarla o entre todos rechazarla y obligarla a desaparecer.

EL TLC de Colombia con USA, ¿la mejor opción?

El TLC se ha convertido en uno de los temas económicos más comentados en Colombia pero lo más increíble del caso es que un tratado de estas magnitudes con un país como lo es Estados Unidos no halla sido sometido a la consulta popular de un pueblo al cual afectará de una forma decisiva y para siempre la vida de los colombianos. Las disputas alrededor del TLC se han incrementado por la ausencia de esta importantísima consulta popular. Hasta ahora, diferentes gremios, sindicatos y ciudadanos comunes han expresado su rechazo a ese acuerdo al considerarlo perjudicial para la economía nacional, principalmente en los aspectos agrícolas y de propiedad intelectual.

En mi caso, estoy de acuerdo con ellos, por que pienso en algo muy extraño que está sucediendo, si algo tan importante como lo es el TLC no es sometido a consulta popular por parte de los involucrados, quiere decir que los altos mandos económicos de la nación que se ven beneficiados por este tratado no quieren que nadie se interpongan en sus planes y no permitirían que aquellos del pueblo colombiano que están en desacuerdo impidan la realización de este acuerdo. Otros sectores económicos resultan claramente beneficiados, como las confecciones, las flores, los plásticos y los artículos de cuero. Frente a estas amplias divergencias, una consulta popular podría ser útil.

Según muchos, los beneficios del TLC son más números que sus desventajas, pero analizando con detenimiento la situación, me doy cuenta que los contras son de mucho cuidado porque muchos sectores vendrían a ser perjudicados como lo son el arroz, el trigo, el maíz, el azúcar, la avicultura, la ganadería vacuna y la porcicultura. Ello van a resultar muy, pero muy afectados, no porque desaparezcan, sino porque ahora van a tener que ganar menos, trabajar más y competir más. Nadie dice que es malo competir, pero el gobierno nacional no ha garantizado unas buenas garantías (valga la redundancia) para aquellos trabajadores que más se ven en desventaja frente a la dura competencia y tecnología de un país como USA.

En todo caso, habrá unos cambios estructurales muy grandes si el TLC entrara en vigor. Los sectores más tocados por estos cambios serán: el sector agropecuario, el sector de la salud pública (se afecta el acceso a la salud por el acápite del mismo en el que los monopolios farmacéuticos norteamericanos “lograron subir los estándares de protección de su sector, por encima de los parámetros de la OMC...Eso se reflejará en menor competencia, mayor monopolio y, por ende, el incremento de los precios a nosotros los consumidores), el sector industrial (por la entrada de productos remanufacturados que competirían con los productores nacionales a muy bajos costos).

Además he notado que la mayoría opina lo mismo, que con este tratado se presentaría un hundimiento del mercado colombiano frente a la imposibilidad de competencia en el mercado estadounidense por diversos productos estadounidenses que competirían de manera desigual y tendrían una ventaja ya que no estarían sujetos ni a aranceles ni a impuestos. En mi punto de vista, considero que en verdad la economía colombiana se hundiría ya que ningún productor local sería un competidor a estos productos menos costosos. Los productos colombianos no serían rivales en el mercado estadounidense por su alto costo de producción y transporte, además, la tecnología y el modo de producción es devastadoramente desigual siendo la economía y los productos colombianos los perjudicados. En términos de competencia la balanza desfavorecería a mi Colombia.

En síntesis, sólo un análisis más a fondo de este Tratado de Libre Comercio con USA pero en presencia y participación de los representantes de los diferentes sectores económicos en Colombia junto con una consulta popular podría despejar las dudas de muchos y porque no de decidir si realmente en viable hacerlos, si es así, buscar el cumplimiento de las garantías que proponga el gobierno nacional a los sectores en desventaja, que ojalá para ese entonces sea la minoría, no como ahora que casi todos nos vemos en desventaja.